sábado, 14 de mayo de 2011

Delirios necios.



Ya no sabía qué era a parte de idiota. Un Dorian antagónico, una furcia de burdel barato, un alma conformista, una ilusa con delirios de grandeza, una Rebeca Buendía ansiosa por llenarse la boca de tierra y gusanos a falta de saliva en forma de calmante.

No quería esto. No quería pasar tres horas delante del espejo intentando buscar un ángulo aceptable, no quería llenarse los brazos de tinta con estúpidos ideogramas, no quería escribir mentiras. No quería saber nada de conmiseraciones subjetivas ni de enfoques objetivos sobre la poca trascendencia de la situación cardiaca. Tampoco quería oír reír a su vanidad bipolar que se iba de borrachera cuando le apetecía y la dejaba sola, delante de un montón de teclas y de una pantalla que le acababa haciendo daño en los ojos.

No quería escribir una lista de defectos. Tampoco de virtudes.



Cuando sepa qué es lo que quiere, que nos lo diga. Y que haga lo mismo él, si no es mucho pedir.

5 comentarios:

Venga, no te vayas así. Delira un poco :)