jueves, 30 de junio de 2011

I´m a replica of me.

Hacía ya tanto tiempo que la bruja se pudría en aquella torre edificada para el culto a sí misma que había olvidado el motivo del mismo.

De espaldas a aquel espejo mil veces roto, giraba su viejo rostro para contemplar en el reflejo de su espalda el par de burdas cicatrices donde antaño se erigían esas alas increíbles amputadas por la lucidez perversa.
Y alzando la mirada fue a encontrarse con esos dos cristales carmesíes, asimétricos a su manera, último vestigio de su anterior persona, incorruptos todavía, que resignados ignoraban con un estoicismo sorprendente el maquillaje cuarteado y la sombra de ojos que se extendía sobre sus viejos párpados como una capa de mugre en la madera ajada.

Recordó esa filosofía de cordel, que se empeñó en creerse cuando la indulgencia, la inocencia y la humildad reinaban cual tríada despótica en su cielo, mucho antes de que el horizonte se volviera negro y el peso de la virtud intacta y las miradas indulgentes se tornara insoportable.
Esa filosofía que defendía la absurda idea de que cualquier persona que se hubiera sentido amada alguna vez no sería capaz de desear mal alguno a otras dos que se quisieran, una estúpida idea que envolvió sus fracasos con una bondad impertérrita que terminó por pudrirse como ella misma.

Sonrió, con la sonrisa gastada de quien se ríe de sí mismo cincuenta años más joven, ahora que conoce el epitafio de sus anhelos juveniles; y aunque avergonzada del curso que habían seguido sus decisiones egocéntricas, que un día explotaron cuando se acabó el miedo que infundía a los aduladores que la rodeaban, solamente le seguía doliendo una mirada. Y era la mirada que el día fatal en el que perdió lo que nunca tuvo no devolvió más que reproche a los carmesíes suplicantes.


Hacía ya demasiado tiempo que la bruja se pudría en aquella torre edificada para el culto a sí misma, tanto tiempo que había olvidado la belleza del rumor de las olas y el sabor del mar, que a falta de saliva bañaban igualmente sus labios.


Pensó en el pasado, en la gloria perdida, en los ojos que reprochaban y luego en nada.

Empty shell inside of me, I´m not myself, I´m a replica of me.

miércoles, 29 de junio de 2011

Mélange.

Como una idea descabellada más, sucumbió al impulso de juntar varios retazos perdidos, algunas frases mal escritas que el dolor de cabeza se olvidó de continuar, y juntarlas en una entrada sin sentido, pero sintetizada con el estado anímico que se contorsiona de vez en cuando como una montaña rusa; en plan recopilatorio barato, como hacen las viejas glorias cuando ya no saben qué inventar, con cuatro conjunciones entre medias para coser retales de fieltro...

Recordaba aquella vez que pareció tan sencillo sucumbir al caos, no como ahora que se había burocratizado y había que pedir cita para dejarse caer... Ese olor a noches de verano, sueños de jardín y besos que no llegan que se quedaba pegado como el perfume de señora...
Y entre tanto revuelo, dos mil príncipes imaginarios entre las sábanas tatuadas de lágrimas y sonetos con lápiz de ojos que se empeñaban en colapsar sus ideas escupiendo esa historia tras la que se escudaba para regalar todos sus textos, todas sus poesías, todos sus suspiros a aquel duende imaginario que una vez le prometieron y al que esperaba dando golpecitos con la punta de los zapatos en el suelo, para ver si no se demoraba entre setas alucinógenas ni volutas de humo.
Ese duende, que es a la vez todos aquellos a los que una vez ha escrito, todos aquellos a los que escribirá en algún momento, algún personaje de alguna novela genial, un ente metafórico que cubra como sábana vieja cualquier entresijo de sus anhelos secretos, esos que esperan para arder con el alcohol de su sangre.



Y una vez agitados los párpados, después del dulce descanso, una sonrisa onírica infundiendo algo de esperanza blandía con orgullo sus alas de mariposa suicida con ganas de vivir.

Y vaya si lo haría.

domingo, 26 de junio de 2011

Behind blue eyes.

Porque, ¿sabes? No sé nada de él. Sólo su nombre, y ni siquiera estoy segura de sus apellidos. Sé de qué color tiene el pelo pero no podría decirte el tono, y tiene los ojos azules aunque me gustaría verlos más de cerca para poder decir si son mar o cielo. Fuma rubios, no sé de qué marca, y también, no sé con qué frecuencia, sustancias de escasa legalidad, el caso es que sólo la cortina de humo que desprenden sus labios podría llegar a crear algo tan hermoso como mi recuerdo de hace dos noches en la puerta de un hotel.
Puede que sea otro Príncipe de Hielo, con ojos infinitos, o un capullo integral -opción más votada, por cierto- que sabe que es hermoso y que los demás también lo sabemos. Me hace gracia eso de chica buena y chico malo. ¿No oyes mi risa? Aún no he oído la suya, pero sí he visto la sonrisa de lado que tan injustamente roba la de cualquiera.

Y no te lo vas a creer, pero tiene las manos bonitas y lleva gafas de vez en cuando y bueno, quien juega con fuego se quema, pero si se tiene el mar al lado será como una hoguera de San Juan, de la que se puede salir corriendo y bañarse a orillas del cielo, detrás de esos ojos azules, mecida por la voz ocho notas por debajo de la mía y mareada de tantas vueltas en mi cabeza.



¿Puedo pedir que al año que viene te toque en mi clase? Es que me da miedo que te creas lo que dicen de mí los aburridos con los que te juntas, que no ven más allá de su propia estupidez. A ver si tus ojos azules no resultan ser un fraude, y consiguen ver más allá de lo que han conseguido ver ellos.

Tampoco es mucho pedir, ¿no?

miércoles, 15 de junio de 2011

Quoi d´autre?

Y casi tan rápido como se consume un cigarro, se evaporó con la niebla vespertina.



Tan pequeña, tan absurda... que la falta de lógica sucumbió a las leyes de la gravedad.
Tanta presión en las nubes efímeras del idealismo que se explotaron como una pompa de jabón.
Tanto derroche de personalidad guardada en un cajón que la risa no atrevía a hacerse partícipe por miedo a un balazo de realismo perverso.

Tanto vacío, que el eco del silencio podía escuchar los gritos afónicos de la nada.

Y es que el amor es eso, Berta. Si se idealiza, se pudre.

lunes, 13 de junio de 2011

Il avait les yeux d´opale.

Se encontraba en el mismo pupitre de siempre, primera fila, con las piernas entrecruzadas intentando recordar las parte que le faltaba de tatuar en el papel de aquel análisis inconcluso.
Jugaba a tamborilear con la parte de atrás del bolígrafo al ritmo resonante de una canción de los Beatles en su memoria mientras revisaba mentalmente todos los puntos ya tratados en el texto para ver si con un poco de suerte conseguía recordar de qué color eran sus ojos.

¿Marrones? No, no podía decirse que fueran marrones. Encuadrar aquellas pupilas en un cristal otoñal sería faltar al refulgir de inteligencia del Murano anacrónico atrapado en una novela de principios del siglo XX.

¿Rojos? Tampoco eran fuego vivo los destellos radiantes de la pasada juventud, ni verdes los rayos del apaciguamiento tímido que revela la memoria condicionada como la lejana magdalena de un Proust mal ubicado.

-Venga, dámelo ya.

-De ópalo.

-¿Qué?

-Eran de ópalo.



Rió, no sé si sabiendo que aquellos ojos de ópalo eran los suyos.

domingo, 12 de junio de 2011

Je rêvais que tu étais un rêve.

Se despertó con la absoluta certeza de haber tenido el sueño más hermoso de su vida. Y aún refulgían en su mente los ojos azules dueños de aquellos besos que se resistían a fundirse con la almohada y a quedarse prendados en sus costuras cuando se levantó y empezó a vestirse.
Seguía los mismos pasos calcados que le guiaba su cabeza, mecánicamente, sin preocuparse demasiado por si la camiseta estaba del revés o del derecho.
Así fue como salió de casa, con un olor inventado grabado en el cerebro y el sabor de unos labios falaces impregnado en la boca. Como saludó con la voz vacía a todos con los que se cruzaba y como buscaba entre la multitud de pupilas que se arremolinaban en la entrada unos cristales azules que descolocaran un poco más su enajenación.

Pasó toda la mañana naufragando en su realidad onírica, pensando en el sabor a felicidad que desprendía su ensoñación, el toque de plenitud, y la fragancia a besos frescos. La visión del chico de ojos azules se fue convirtiendo en un delirio, en una ofuscación que le oprimía el pecho y le nublaba las pocas ideas que no habían pasado a ser subordinadas de la celosa subconsciente.

Se levantó de repente, en medio de una multitud que la miró indignada, mientras ella resolvía que debía volver a caer en la redes de Morfeo para encontrarse con el sujeto que se había vuelto un egocéntrico de su memoria. Pero mientras corría de vuelta a la que parecía su casa empezó a oír su propio nombre en los ecos de su cabeza, que la llamaban y que la arrastraban a no sabía dónde...



- Bonjour, mademoiselle. À quoi rêvais-tu?

- Soñaba que eras un sueño.

martes, 7 de junio de 2011

Delirios expiatorios.

-¿Qué tal?

-¿Qué quieres oír?
>>Tenemos la versión edulcorada, la de la máscara de gato con labios rojos. Incluye varias sonrisas falsas al día e incluso algún toque de ironía de vez en cuando. La otra opción -mucho más barata, todo hay que decirlo- es la de las lloreras a oscuras, el tembleque de piernas y los abrazos rotos. Ha bajado un poco lo que incluía así que se suprimen las ráfagas de esperanza y el vislumbrar algo de cielo sin nubes. Tu verás.



No te aburriré con mis cosas, sé que tú tienes las tuyas. Si no quieres saber lo que pasa no preguntes. No sé si está vez seré capaz de perder para verte sonreír.

Por si acaso, no lo intentes.

lunes, 6 de junio de 2011

Vuelve.

Y cuando ya estaba a punto de dar por perdido el día y a un paso de sucumbir al placer mortuorio de la rutina planificada a la desesperada en un vano intento de no dejar huecos libres al pensamiento irrefrenable del olvido mal curado, llegaba con su sonrisa de plata el Poeta sin versos, a dejarla con cuatro líneas y dos puntos suspensivos en el limbo de la esperanza alcanzable.



Y sumado a todo esto, había de decir que consiguió arreglar el lápiz de ojos que ya no sabía hacer líneas rectas con el que escribió esto.

domingo, 5 de junio de 2011

C´est le reflet que renvoie l´âme humaine...

-Mira, ¿ves a esa chica de ahí?

-Sí.

-Yo diría que está un poco triste aunque sonría mientras hablo, y me parece que no se quiere lo suficiente. ¿Ves sus ojos marrones casi rojos con esta luz? Dicen más de lo que piensa y, ¿notas su dedo índice de estudiante en la mano derecha? Se exige demasiado, se lo han dicho muchas veces.

Mírala bien, yo creo que no es objetiva y no sé si la imagen que tiene de sí misma es acertada, de todas formas tampoco me parece que tenga motivos para quejarse. ¿O sí? ¿A ti qué te parece?
Está riendo, nadie se ha fijado nunca en las pequeñas arrugas que le salen cuando lo hace, consiguen que sonría yo también.



>>De todas formas, prefiero mirarte de frente, el espejo te da la vuelta y el lunar te queda mejor en el lado izquierdo. No me mires así, sabes que eres preciosa.

viernes, 3 de junio de 2011

Estoicismo frustrado.

-¿Por qué lloras?

-Porque esto es lo único que tengo y me lo están quitando.



-¿Lloras porque te lo están quitando o porque es lo único que tienes?