sábado, 2 de abril de 2011

Efecto retardado.

Era de efecto retardado, la pobre. Primero le contaban un chiste, a los cinco minutos se reía. En clase de gimnasia la pelota impactaba sobre ella, después hacía amago de darla y alguien gritaba: ''¡Tienes que dar tú a la pelota, no ella a ti!''. Primero se disparaba el flash, luego sonreía para la foto. Se le caía un lápiz, lo intentaba coger cuando ya se había posado en el suelo, al igual que cuando se caía ella: ya había aterrizado cuando se agarraba al aire.


Era de efecto retardado, la pobre. Por eso, le echó de menos cuando volvió -y no antes-, y se enamoró cuando ya se había ido.

2 comentarios:

Venga, no te vayas así. Delira un poco :)