Nos estamos olvidando de vivir sin dinero. Ya no nos acordamos de que las sonrisas no cuestan nada, que no hay ningún impuesto por reír y que nada sale a tan buen precio como su compañía. Que rompo mi hucha de cerdito, vacía de papelujos si me llevas contigo.
No me gusta nada que mamá riña a papá porque algo vale mucho dinero, que mi mejor amiga se tenga que largar porque no hay trabajo, que la egoísta se queda sin cruzar el Atlántico porque no hay pasta, que esa chaqueta roja tan mona que llevaba puesta el otro día vale demasiado para que la lleve ella. Que primero miras el precio y luego decides si algo te gusta.
Por eso tú, seas quien seas, no me importa tu nombre ni cómo te llamen tus amigos, defiendas el color más feo que encuentres o luzcas esa bandera tan bonita que lleva tantos colores; hagas algo por esta panda de locos que no hace más que reivindicar su cordura.
Ya no les creo ni yo, ser más ingenuo de todos, así que figúrate.
Menos mal que no te cobran por que te sonría, si no, en la calle ibas a estar.
Oh, oh! Pero cuanta razón tienes Bertita! T^T No podría tar más de acuerdo. Oye, y si vamos regalando sonrisas por la calle? Hagamos un servicio a la sociedad :3!
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