Eres tan simple que nadie lo entiende. Tan predecible que nadie se lo espera. Tan tonta que te vuelves lista. Tan egocéntrica que los demás piensan lo contrario. Tan odiosa que te vuelves adorable. Profundamente superficial, eres como un reloj de números romanos. Lo que se ve es fácil de comprender, lo que queda dentro no.
Tampoco sé cómo explicar que no te hubiera importado quedarte un ratito más con él.
Desisto de entenderte, Berta.
jejeje, entenderse a uno mismo en ocasiones es difícil. Pero no todo el mundo cuenta igual de bien ese tipo de experiencias introspectivas. =)
ResponderEliminareres como un reloj de números romanos? Explícate
ResponderEliminarMuchas gracias Irene! :D Y Sepis, es una cuestión puramente estética, me gustan más las letras que los números, por eso fijándonos solamente en el exterior los números romanos quedan más monos xD
ResponderEliminar