No sé si a estas alturas no será ya estúpido escribirte. Me pregunto si tiene sentido, y entonces recuerdo que tú siempre decías que las cosas que aparentemente no tenían sentido servían para que sólo ciertas personas pudieran descifrarlas. Estoy segura de que si tu vida no se hubiera escapado entre mis dedos como hace el agua cuando intento zafar un poco de tu esencia que imagino quedó impregnada en nuestro estanque, hubieras acabado siendo profesor de filosofía, al menos en mi memoria. Pero eso sería si aún estuvieras aquí. Si a los que obligados tuvieran que escuchar tus grandilocuentes explicaciones de profesor chiflado aún les pudieras regalar alguna de tus preciosas sonrisas.
Odio la forma en la que tu perfume perdura entre mis cosas, y a la vez es lo único que me acerca a ti junto con mis recuerdos. Echo tanto de menos tus historias, y también aquellas conversaciones repetitivas que acababan con un ''¿de verdad?'' por mi parte y una negación por la tuya. La manera única que tenías de fastidiarme y de conseguir que te perdonara siempre con esas sonrisas que me desarmaban. Ya me he hecho a la idea de que nadie volverá a hablarme al oído y a acariciarme el pelo de la forma en la que tú solías hacerlo. Porque ahora la guitarra está desafinada y esos libros filosóficos que solías leer están cogiendo polvo en alguna parte.
Hoy he soñado que me preparabas otra vez aquellos desayunos originales que servían para compensar que no me dejaras dormir hasta tarde los sábados por la mañana. Y fugazmente, he sentido de nuevo el roce de tus dedos sobre mi piel. Y he deseado una vez más que estuvieras aquí.
aiiishhh quéeee bonitoo, precioosoo!! *-*
ResponderEliminarsi es que tú sirves para esto ^^