Necesito un tiempo. Espacio, margen, algo de prórroga. Estoy cansada. De todo, de nada. ¿Qué más da? De los suspiros incongruentes, de los cafés con doble de amargura. Quiero que por unos días sea sólo el tráfico madrileño lo que me quite el sueño, que me duelan los pies de tanto andar y los ojos de ver cosas. Que me salga el arte por las orejas, y si hace falta que no quepan más adquisiciones en mi mochila. Quiero dejar de ensayar los guiones del día siguiente por la noche y dejar de discutir por tonterías. Dejar de anhelar partículas suspendidas en el aire y contaminarme un poco de vida, aunque sepa a asfalto y polución.
Eso sí, Crocky se viene conmigo. Ser el único que no rehúye mis abrazos alguna recompensa debía merecer.
Mentira, Berta, yo tampoco rehuyo tus abrazos, es más, me gusta que me den abrazos mientras no se pasen
ResponderEliminarYa te acucharé yo cuando estés en bañador *¬* (Es tan blandito que me quiero morir!!!)
ResponderEliminarApatía, esa es la apatía que tod@s sentimos algunas veces... quizá sea más común en este momento en que lo tenemos todo y, en realidad, no tenemos nada...
ResponderEliminarsólo nos queda conformarnos con lo efímero de los abrazos que nos llenan unos momentos...