Ten cuidado porque podría acostumbrarme...
Podría acostumbrarme a tu olor a extrañeza y humo. Incluso podría hacerlo mío, un beso y está hecho.
Ten cuidado porque podría coger las medidas de tu espalda, y hacerme una colcha en tu pecho. Ten cuidado con esa mirada puntiaguda de gato barriobajero, porque podría querer grabarla una noche sí y otra también en mi pecho.
Podría romper de un bocado ese jodido trecho, doscientos veinte centímetros que separan tu boca de mis sueños.
Ten cuidado con lo que dices, podría creérmelo. Ten cuidado con lo que pienso, podría ser cierto.
Ten cuidado con la poesía que inspiras, con las notas que recitas, con el corazón que palpitas...
Ten cuidado porque podría acostumbrarme a vivir del cuento, a mendigar de las fábulas esas que nos tienen contentos, a burlarme del pathos de cualquier tragedia griega para encontrarte en cada esquina de nuestra comedia latina.
Ten cuidado porque podría acostumbrarme a quererte, a respirar tan solo y para poder verte, y entonces tendrías que acabar por romperme el corazón, de un balazo, sin similicadencia y plagado de convicción... Una palabra, tal vez dos. ¿Para qué más?
¿Verdad que es una absurda dilogía ésta, la de entre tú y yo?
Jobar... qué chulada!!!
ResponderEliminarLo bordas. ¡¡Me encantaaaa!!
Ten cuidado con lo que escribes porque es perfecto
ResponderEliminarUn beso
Mmmm si alguien me dijera algo meramente parecido, que tuviera cuidado él. Enserio, escribes que da lujo leerte. Me encanta, tienes una magia natural. Un besazo pequeña.
ResponderEliminarMuchas, muchísimas gracias a todos!!!
ResponderEliminarJo, qué ilusión^^:DDD
En qué blogs aterriza una en un jueves... ¡llenos de advertencias! (:
ResponderEliminarNos leemos!