martes, 5 de julio de 2011

Delirios entomológicos.

-Hablas de volar, pero te imaginas siendo un águila: libre, vivo, dueño de sí mismo, no un sucio mosquito. ¿Verdad? ¿Y qué coño importa, entonces? Si los dos vuelan, si ambos tienen alas. Ah, ¿ves? No me mires así, nena. Esto es la vida real y tendrás que hacer lo que se te pide, ¿me oyes?

>>Deja de escribir patrañas, chica. Madura, escribe cosas serias. No te pago para que escribas esta bazofia de adolescente. Esto es algo serio, así que o te adaptas o coges la puerta, ¿ha quedado clarito?

- Lo dejo, dejo esta basura y a ti. Hablo de volar, sí. Y aquí da igual, mosquito o águila, si estamos enjaulados del mismo modo. Mis patrañas son mías, si no las quieres suéltalas, que me las llevo.

>>No quiero nada de alguien que vendió sus sueños por cuatro perras.


Cogió sus cosas y salió sin decir nada. Tenía prisa: sus sueños le esperaban en casa, con Marcos desquiciado y la cocina chamuscada.

3 comentarios:

Venga, no te vayas así. Delira un poco :)