He muerto
y he vuelto
tantas veces
que renacer se hace más fácil que
despertar
sin ti.
He muerto
y me he rehecho
de tantas formas
que ni Heráclito
y su río de constante cambio
pensaron
en mí.
He muerto
y me he deshecho
en tantas gotas
que las lluvias
ya solo saben
a ti.
He muerto
y he llorado
tantas primaveras
que la nieve
ahora
ya no moja,
solo hiere.
Porque he muerto
y te he añorado
tantas noches
en aquella otra noche,
que creía que el calor
te traería
y que ni siquiera
la brisa de verano
podría llevarte.
La brisa no,
pero igual
tu risa
sí la roba esta nieve de abril.
Me dejas fría como la nieve de abril...
ResponderEliminarMe ha encantado...
Ay... no... Que esta nieve es mugre... jajajaja. Muchas gracias, Irene:)
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