lunes, 23 de abril de 2012

No sueñes.

Bueno, pues aquí estoy.
Aquí estoy otra vez escribiéndote y dicendo todas esas cosas que tal vez no debería decir. He vuelto a dejar abierta la maldita jaula de alambre donde guardo todas esas distopías que protagonizas en mi mente, y aquí están, esta estúpida noche en la que ni siquiera hace tanto frío, revoloteando en esta oscura habitación y enredándose en mi pelo.

Aquí están susurrándome con voces de sátira, envolviendo pensamientos suicidas. Gritando en silencio ideas absurdas. Dicen que tal vez te guste mirarme. Dicen que tal vez leas esto y pienses en ti. Dicen que tal vez sólo te escondas para poder verme. Y yo las mando callar, no para dejar de oírlas, sino para poder repetirme a mí misma la idea en la cabeza. Para poder volver a escribir en noches oscuras. A añorar retazos de tiempo que no ocurrirán nunca. A idealizarte, a ti, como a tantos otros, para que la soledad de estas letras no me dé tanto miedo. Para que los puntos nunca parezcan finales y las comas estén más cerca de lo que parecen.
Analizo sintácticamente y hasta el último resquicio de la morfología de sus frases inconexas. De esos epitafios románticos que siguen resonando en mi oído. De esas mentiras dulces que se enrollan en mi pelo largo y estúpido, y se atreven a decir que estaría bien que lo acariciaras. Se atreven a decir que tal vez, igual que hago yo a veces, me cuentes cosas en tu cabeza cuando te sientes solo. Se atreven a hacerme pensar que a lo mejor piensas en mí cuando no puedes dormir...



Y creo que es demasiado. Que es hora de cerrar la jaula, de pedirles por favor que vuelvan a dormirse, a callarse, a cerrar su estúpida boca que no dice más que mentiras de seda.
Que dejen de mentir, de soltar estupideces.

Que se callen, que tú no me has mirado y yo no te he visto... ¿No?

2 comentarios:

Venga, no te vayas así. Delira un poco :)