miércoles, 17 de agosto de 2011

I (don´t) need a hero.

Ella era fuerte, más de lo que todos pensaban, incluso él.
Se envolvía con una fragilidad extraña, un gusto por lo delicado, con la manicura perfectamente arreglada y el arco de las cejas esquisitamente trazado. Por gusto, más que nada. Nunca hizo falta que fingiera que era débil, tampoco que fingiera lo contrario.

¿Por qué intentó siempre adaptarse a la situación? Jugar a ser la damisela en apuros, la señorita de tobillos flojos, con las manos en la boca a la hora de reírse, como hacen allá en Japón. ¿Por qué en otro momento cambiaba lo marcado? Se volvía impertinente, contestaba a cualquiera y escupía bofetadas con palabras. Buscaba hacer daño con una mirada y los labios fruncidos, contemplaba con altanería y buscaba encontrarse a sí misma en su reflejo.

¿Por qué intentó siempre gustar? Parecer algo que no era, entretenerse con la simulación, teatralizar y sobreactuar.

Quisiera ser quien te salve para que tú pudieras salvarme después. A quién pudieras recoger cuando tropiece con mis botas de bruja piruja sabiendo que no hay pilar más fuerte al que te puedas aferrar. Y cuando te envuelva la soledad y te de miedo lo absurdo cantaremos canciones estúpidas como en los campamentos, y cuando la oscuridad sea lo que más te atraiga, me pondré unos leggins de vinilo e iremos a algún garito de mala muerte...
Te prometo que jamás seré tu musa, no intentaré caerles bien a tus amigos y si tu madre me habla mal no querré volver a verla.





Pero yo no puedo ser siempre Lois Lane, yo también quiero ser Superman.

4 comentarios:

Venga, no te vayas así. Delira un poco :)