sábado, 13 de agosto de 2011

La historia de mi vida.

Siempre en la búsqueda del instante perfecto, el lapso de tiempo único y preciso en el que es necesario llevar la acción a cabo, porque sientes que así debe ser. Estar en el momento y lugar oportunos, totalmente cohesionado con el espacio y el tiempo...

Así era él. Pasó su infancia sin salir a jugar, porque nunca era la hora correcta, el día idóneo para jugar con la pelota, el mejor momento para sacar las canicas...
Nunca llegó a graduarse: un gato negro se cruzó en su camino el día de su examen final y se dio media vuelta.
A ella nadie le pidió matrimonio. El viernes 13 no era el mejor día para pedírselo, y el sábado 14 cerró para siempre los ojos.

Era escritor, no porque escribiera, claro. Profetizó novelas, romances, dramas y liras que llegarían cuando fuera el momento de escribirlos.




Llegó a buscarle un 22 de enero. Le encontró en su escritorio, delante de un cuaderno y con una pluma en la mano, escribió sus últimas palabras.

A la mañana siguiente encontraron el cuaderno, la primera página estaba presidida por una frase escrita con letra apresurada: ''La historia de mi vida''.
El resto estaba en blanco.

2 comentarios:

  1. Hay quienes pierden la vida esperando el momento correcto para hacer algo, sin darse cuenta de que el momento correcto es justo ahora...

    Ayssss, qué penilla me ha dado... ;)

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  2. El gran drama del ser humano es que no vive el presente y el presente es lo único que tiene.

    Te iré leyendo :)

    Saludos

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Venga, no te vayas así. Delira un poco :)