lunes, 29 de noviembre de 2010

Delirios de estulticia.

Y así malgasto mi vida, entre tanta estulticia. Creando ilusiones, una realidad ficticia...


Son mis botas marrones, con su compás binario las que me llevan -una vez más- al mismo escenario. A mirar esos ojos celestes, a través de un cristal que tenuemente los oscurece, y a contemplar como su mano -esta vez con un anillo diferente- reposa sobre sus pálidos labios.

Y al son del mismo compás, esta vez más acelerado, cruzo la calle y subo el escalonado.
Me doy la vuelta y veo como el cielo arde, como esos tonos ocres contrastan con el lapislázuli del crepúsculo.

Y justo antes de cruzar el umbral que sepulta mis delirios entre paredes de hormigón, me giro, como todos los días desde hace casi dos años, para verla a ella, inerte, que reposa tranquila en la lejanía, ahora por fin abrigada con su manto de nieve, resguardada entre la bruma invernal.

Y finalmente cruzo la puerta, subo el escalón que me separa del cielo y guardo mis delirios en mi botella de aire.



Y así malgasto mi vida, entre tanta estulticia. Creando ilusiones, una realidad ficticia...

4 comentarios:

Venga, no te vayas así. Delira un poco :)