lunes, 4 de febrero de 2013

Delirios dramáticos.

Suenas como esa guitarra eléctrica que acaricias, sabes a futuro incierto y hueles a melancolía con sonrisas. Pareces ese acorde que nadie ha escrito y te guardas en un baúl que no se ha abierto. Eres como ese beso que nunca se dio y aquel para nunca que jamás se dijo. No te busco. No te encuentro. Estás hecho de la misma materia que mis sueños, como decía Shakespeare, al que citas y recitas casi a diario. A veces escribes una obra sobre nosotros, pero todavía no me has puesto nombre. Buscas una Julieta, aunque te conformas con Ofelias de compañías de bajo presupuesto que te entretienen por instantes. Y entre acto y acto escribes poemas sin dedicatoria. Creo que alguno es para mí, aunque no sé si lo sabes.
Me recuerdas a una canción que ya no suena y creo que nos hemos visto en ninguna parte, no sé si te acuerdas.
Me parece que eres el perfume extraño que huelo en mi almohada, aunque también puede ser que mamá haya cambiado de detergente. Y esos ojos de infinidad cromática que veo en todas partes son tuyos, ¿no? Claro, igual que ese sombrero anticuado que pierdo entre la multitud y esa risa que se desvanece si me doy la vuelta en algún bar para buscarla. ¿Crees que te echaré mucho de menos hasta que llegues?



Bueno, si me ves salúdame. Me hará ilusión.

3 comentarios:

Venga, no te vayas así. Delira un poco :)