Cloc.
Un ruido sordo en una escala diminuta. El golpe suicida de una lágrima chocando contra una hoja de papel. La exhalación de impotencia que acompaña siempre a la falta de respiración. La angustia en el pecho del estallido que se compunge y metamorfosea en diamantes de sal.
Cloc.
Nunca encontré utilidad a la expresión esa que usan los de corazones acolchados y estoicos. Ese ''¿qué te pasa?'' con tono acuciante e incomprensión en sus ojos. Qué pasa. ¿Qué le pasa a alguien que llora? Qué clase de huracán asola su alma.
Cloc.
No lo sé. No ves que no sé por qué lloro. Que no entiendo nada. Que no me entiendo, ni pretendo que tú lo hagas. Que lloro porque se compungen en mi alma tropecientos mil sentimientos. Las mariposas suicidas que se aburren esperando a morir de nuevo en mi estómago vacío. La añoranza a todo aquello que jamás ha sucedido. La monotonía de un ritmo que no puedo seguir. Mi esfuerzo envalentonado que se da de bruces contra el suelo. La soledad, a fin de cuentas. Siempre la misma canción. Porque todos los que vienen se acaban yendo. Porque todas las personas que consiguen hacerme feliz se acaban marchando. Y porque siempre que se van, lo hacen sin la consciencia de llevarse nada mío, y yo aquí sabiendo que se lo llevan todo.
Son como aquellas golondrinas de Bécquer. Pero esos que se llevan mi alma con todas las sonrisas que me sacaron, son las que no volverán.
Volverán las oscuras golondrinas
ResponderEliminaren tu balcón sus nidos a colgar,
y, otra vez, con el ala a sus cristales
jugando llamarán;
pero aquéllas que el vuelo refrenaban 5
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!
Me encantó, me sentí muy identificada. Las personas se te meten tanto en la cabeza que al final cuando piensas que nunca se marcharán y que siempre estarán ahí, desaparecen, ¿y como te quedas? Completamente vacía y derrotada.
Y la incertidumbre, de no saber si vas a volver a verlos alguna vez. Y la certeza, de que llegará otra persona que se acaba marchando igual...
EliminarMuchas gracias;D
Tal cual. Como estrellas fugaces que entran a la vida de una (o de uno) evocando felicidad, deseos y esperanza. Tal cual, se van. Se alejan en un instante, el menos indicado, el momento menos digno para huir y escapar de un corazón que comienza a apagarse, que se rompe y, a veces, ni eso. Porque ya lo estaba. Porque las anteriores estrellas lo dejaron tan marcado que se produce un bucle que supone enfrentarse a otro nuevo abandono tras otro.
ResponderEliminarSin embargo, siempre quedará creer y tener fe en que, algún día (esperemos que no muy lejano), alguien consiga quedarse.
Las lágrimas, entonces, serán de alegría.
Un abrazo, Princesa Turbia.
Marcado. Tan marcado que lleva a plantearse si no será mejor dejar de abrirse a estrellas que puedan desvanecerse...
EliminarGracias por tus comentarios!, que son siempre muy poéticos...:D
Me ha encantado. Mucho mucho!!
ResponderEliminarNo puedo decir más =)
Me alegro mucho!:DDD
EliminarES PRECIOSAAAA, PERO PRECIOSAAAAA.
ResponderEliminarGracias, Nane! :DDD
EliminarLas golondrinas echan a volar porque tal es su naturaleza. Cuando vienen, traen entre sus plumas miles de sentimientos que te dedican y regalan cuando alzan sus alas para mostrarte su belleza. Pero sabes que ese momento no durará demasiado, que en cualquier instante, tal vez el menos esperado, saltarán de entre tus dedos para alejarse entre las ramas de los árboles, camino de otro horizonte. Y es algo que tienes que permitir que hagan, por mucho que te duela.
ResponderEliminarNo creas que se llevan volando aquello que te trajeron, y tampoco pienses que todas las flores que dejaron en tu corazón se irán marchitando tras su marcha. Es algo que sólo tú puedes impedir que ocurra. Cambia su agua todos los días con viejos recuerdos, para que siempre sus pétalos se mantengan igual de hermosos. Y, sobretodo, no cierres tu ventana a nuevas golondrinas por miedo a que se vayan, al igual que las anteriores. Todas ellas dejarán en una parte de ti miles de rosas que habrás de cuidar con mimo.
Las personas se van, y ninguna de ellas regresa de la misma manera en que se fue. Se van, y nos dejan algo dentro, una sensación de vacío durante unos días y cientos de recuerdos durante toda la vida. No te quedes sólo con el recuerdo de la sensación de vacío, y disfruta de todo lo bueno que quedó junto a ella. De cada uno de esos que se fueron queda algo dentro de ti. Abrázalo y no permitas arrebatarte a ti misma lo que ellos no pudieron evitar dejarte. No llores porque no están. Sonríe por todo lo que te han dejado.
Te aseguro que esas golondrinas también se llevaron consigo el agradecimiento del brillo de tus ojos ;)