miércoles, 29 de junio de 2011

Mélange.

Como una idea descabellada más, sucumbió al impulso de juntar varios retazos perdidos, algunas frases mal escritas que el dolor de cabeza se olvidó de continuar, y juntarlas en una entrada sin sentido, pero sintetizada con el estado anímico que se contorsiona de vez en cuando como una montaña rusa; en plan recopilatorio barato, como hacen las viejas glorias cuando ya no saben qué inventar, con cuatro conjunciones entre medias para coser retales de fieltro...

Recordaba aquella vez que pareció tan sencillo sucumbir al caos, no como ahora que se había burocratizado y había que pedir cita para dejarse caer... Ese olor a noches de verano, sueños de jardín y besos que no llegan que se quedaba pegado como el perfume de señora...
Y entre tanto revuelo, dos mil príncipes imaginarios entre las sábanas tatuadas de lágrimas y sonetos con lápiz de ojos que se empeñaban en colapsar sus ideas escupiendo esa historia tras la que se escudaba para regalar todos sus textos, todas sus poesías, todos sus suspiros a aquel duende imaginario que una vez le prometieron y al que esperaba dando golpecitos con la punta de los zapatos en el suelo, para ver si no se demoraba entre setas alucinógenas ni volutas de humo.
Ese duende, que es a la vez todos aquellos a los que una vez ha escrito, todos aquellos a los que escribirá en algún momento, algún personaje de alguna novela genial, un ente metafórico que cubra como sábana vieja cualquier entresijo de sus anhelos secretos, esos que esperan para arder con el alcohol de su sangre.



Y una vez agitados los párpados, después del dulce descanso, una sonrisa onírica infundiendo algo de esperanza blandía con orgullo sus alas de mariposa suicida con ganas de vivir.

Y vaya si lo haría.

2 comentarios:

  1. En ocasiones nuestro corazón no puede mantenerse a la espera de caballos alados que echen a volar llevándonos a cuestas... Hemos de ser nosotros mismos los que empujemos a nuestros sentimientos para subirlos sobre un corcel que, aunque no pueda llevarnos a surcar el cielo, deje las huellas de sus cascos en el camino de la realidad... ;)

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  2. Buen consejo, muchas gracias:) Lo tendré en cuenta;D

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Venga, no te vayas así. Delira un poco :)